
En uno de los rincones más australes y ventosos del mundo, cerca de la ciudad de Punta Arenas, Chile, se alza el proyecto Haru Oni, una planta piloto que representa una revolución en la producción de combustibles sintéticos (e-fuels) libres de emisiones de carbono. Este ambicioso proyecto, diseñado para contribuir a la neutralidad climática, está impulsado por una innovadora infraestructura técnica proporcionada por Schniewindt, una empresa alemana reconocida por desarrollar soluciones eléctricas personalizadas cuando las opciones estándar no son suficientes.
«El proyecto está tan alejado de cualquier estándar. Los requerimientos eran tan especiales», recuerda Julian Müller, gerente del proyecto en Schniewindt. Y añade: “Nosotros comenzamos justo donde terminan las soluciones estándar de nuestros competidores”.
¿Qué es Haru Oni?
Haru Oni es una planta que transforma la energía del viento en combustibles sintéticos utilizando procesos avanzados. En un entorno ideal para este tipo de producción —gracias a los intensos vientos de la región patagónica— se genera hidrógeno a partir de la electrólisis de agua de mar desalinizada. A ese hidrógeno se le añade dióxido de carbono capturado directamente del aire, dando como resultado metanol, un compuesto base para la producción de e-fuels.
El CO₂ se extrae mediante un proceso conocido como captura directa de aire (Direct Air Capture), en el cual un filtro cerámico atrapa las moléculas de gas. Luego, con la ayuda de vapor de agua, el gas se libera para su procesamiento y posterior síntesis con el hidrógeno. Aquí es donde entra en juego la ingeniería de Schniewindt.
La contribución de Schniewindt
Schniewindt diseñó, fabricó y entregó un sistema eléctrico compacto y potente para la generación del vapor necesario en este proceso. El corazón del sistema es una caldera de vapor equipada con un calentador eléctrico de brida con una potencia de 850 kW. Este dispositivo permite alcanzar rápidamente el punto de operación deseado según la demanda de vapor de la planta.
Uno de los elementos más críticos del sistema es el tratamiento del agua. La instalación necesita agua desmineralizada, purificada y desgasificada para evitar la corrosión interna. Para ello, se emplea una caldera de agua de alimentación que trabaja cerca del punto de ebullición. Schniewindt, en una inteligente combinación de eficiencia y personalización, adquirió este componente de un proveedor de confianza y lo equipó con su propio calentador de brida.
El contenedor doble: diseño funcional y humano
Toda esta tecnología se encuentra alojada en un contenedor doble especialmente acondicionado para brindar condiciones de trabajo óptimas al personal en el sitio. Este contenedor incluye iluminación, aire acondicionado, drenaje y calefacción con tubos de aletas, también fabricados por Schniewindt. Además, cuenta con un pasillo de servicio que permite acceder fácilmente a todos los equipos.
Un sistema «Plug and Play»
Julian Müller resume la filosofía detrás del proyecto con claridad: “Nuestra tarea fue diseñar y construir un sistema ‘plug and play’: descargar el contenedor, ensamblarlo, quitar las paredes divisorias, conectar electricidad y agua, y listo. Y lo logramos”.
Tras superar con éxito las pruebas de presión, hermeticidad y una simulación operativa, los contenedores de Schniewindt fueron embarcados a Sudamérica en la primavera de 2022.
Tecnología al servicio del planeta
La directora general de Schniewindt, la Dra. Sara Schniewindt, expresó su orgullo por el rol de la empresa en este proyecto emblemático. “Nos llena de satisfacción que nuestro generador de vapor esté siendo utilizado en Haru Oni, una planta que contribuye activamente a la reducción de las emisiones globales de CO₂”, afirmó.
Haru Oni no es solo un hito tecnológico, sino una muestra del potencial de la ingeniería sostenible en la lucha contra el cambio climático. Y gracias a empresas como Schniewindt, el futuro de la energía limpia está cada vez más cerca.