
Algramo, la startup chilena fundada en 2013 por José Manuel Moller, anunció oficialmente el cierre de sus operaciones. Reconocida mundialmente por su innovador sistema de envases retornables y reutilizables para productos de primera necesidad, la empresa deja atrás más de una década de esfuerzos por transformar la forma en que consumimos.
A pesar de su visión pionera y el reconocimiento global —incluyendo su inclusión en 2019 en la lista de las empresas más innovadoras del mundo por la revista Fast Company—, Algramo no logró resistir una combinación de factores internos y externos que deterioraron su viabilidad financiera.
Una misión ambiciosa: sostenibilidad y justicia económica
Desde su inicio, Algramo no solo buscó reducir el uso de envases plásticos mediante sistemas de recarga, sino también democratizar el acceso a productos esenciales, especialmente para sectores vulnerables, bajando los precios a través de un modelo de venta a granel y envases inteligentes.
Este propósito ambicioso atrajo alianzas con gigantes como Unilever, Walmart, Coca-Cola, Nescafé y Lidl, y llevó sus operaciones a seis países. Con estas empresas, se implementaron soluciones como estaciones de rellenado en universidades, envases recargables para productos de limpieza y venta de marcas propias en supermercados.
Las causas del cierre
A pesar de una facturación que llegó a bordear los US$8 millones anuales, en los últimos dos años Algramo enfrentó una caída sostenida en el consumo y en la demanda por parte de sus principales clientes. En diciembre de 2024, Nescafé era su único cliente activo, pero ese acuerdo también fue cerrado por falta de sostenibilidad.
Entre los factores externos que afectaron a la empresa destacan:
- La guerra en Ucrania, que desplazó las prioridades ambientales en la agenda global.
- La ola anti-woke, impulsada principalmente por sectores conservadores en EE. UU., que provocó que grandes compañías recortaran sus compromisos con prácticas de sustentabilidad y DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión).
- La decisión de empresas como Unilever, Walmart y Coca-Cola de eliminar sus metas de reutilización y enfocarse solo en reciclaje.
Una posible alianza con Abastible, que se perfilaba como una salida para dar oxígeno al modelo, finalmente no prosperó. En marzo de 2025, la empresa decidió no invertir, y un mes después se tomó la decisión definitiva de cerrar.
Un legado que trasciende
En un mensaje en LinkedIn, José Manuel Moller destacó con orgullo los logros de la empresa: la colaboración con 8 marcas globales, trabajo con 3 de los mayores retailers del mundo, la reducción de millones de envases plásticos, y el cambio de hábitos de consumo en miles de personas.
Pese al cierre, Moller no descarta una nueva etapa para la marca: “Como parte del proceso de cierre, quizás alguien más quiera tomar la posta y darle a la marca una nueva etapa”, comentó.
Lo que viene: una visión que continúa
Moller anunció que continuará su labor como vicepresidente del Consejo “Zero Waste” de Naciones Unidas y que está liderando un estudio global colaborativo sobre reutilización junto a Francisco Cerda. Además, sigue asesorando a diversas organizaciones internacionales en temas de refill y sustentabilidad.
Algramo cierra, pero su legado y su visión de un consumo más justo y sustentable siguen vivos, inspirando nuevas iniciativas en todo el mundo.